David es un aventurero nato. Le gustan los deportes de riesgo, practica puenting y escalada, entre otros. Hoy sus colegas esperaban inspeccionar una cueva con él, pero David quería conocer esto de las cometas.
Siendo algo totalmente desconocido para él y sin pensarlo dos veces se ha animado a dar un curso de kitesnow conmigo.
Hemos quedado a primera hora de la tarde para subir al blanco Zalduendo. El viento nos ha acompañado para impartir el curso y que tuviera un primer contacto con el material. Tras explicarle los conceptos teóricos básicos de funcionamiento y medidas de seguridad a adoptar, hemos pasado a la práctica.
Increíble, nunca había enseñado a alguien que fuera tan hábil como para que en menos de una hora pasáramos a calzarle la tabla. En la nieve se complican un poco las cosas, sobretodo cuando no has tenido ningún tipo de contacto con este mundo. Bajo mi punto de vista es preferible empezar con otras modalidades antes que con esta.
En cuanto me he descuidado medio minuto (preparando mi material), David ya estaba intentando surfear las campas cabalgando en la tabla de snow. A pesar de mis consejos, ir un poco más despacio afianzando lo aprendido, ha sido tanta su insistencia que no he podido persuadirle. Tras explicarle los primeros pasos y corregir algunas posturas y movimientos de la cometa ha empezado mi asombro. Su ímpetu y entusiasmo han podido con las dificultades típicas de un principiante, ha conseguido empezar a deslizarse. Al final de la tarde, él solito, ya se defendía.
Cuando terminemos este curso y de el paso a otras modalidades, estoy convencido que le resultarán aun más sencillas. Así da gusto impatir cursos y explicar las cosas. He disfrutado viéndole aprender.
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